Inicio EL BUEN PERIODISMO El periodismo que perdimos, necesitamos y debemos recuperar.

El periodismo que perdimos, necesitamos y debemos recuperar.

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Por: Aldo Romero/Periodista y Catedrático de Periodismo

Muy pocas sorpresas nos ha dejado el informe del Digital News Report 2022 elaborado por el Instituto Reuters para el Estudio del Periodismo basado en poco más de 93 mil entrevistas de diferentes mercados mundiales relacionados con los medios de comunicación y la información, entre estos varios países latinoamericanos. En este se documenta de manera muy clara y contundente la creciente desconexión entre el periodismo y las audiencias, complejo panorama que se traduce cada vez más en la inminente pérdida de confianza de los sectores sociales hacia el periodismo y los medios.

El informe, del que destacaremos algunos elementos, también plantea un marcado desinterés   por las noticias, la polarización de las audiencias y la forma en que las nuevas generaciones están accediendo al consumo de información masivamente desde las diferentes redes sociales y plataformas digitales.

Entre los hallazgos mas relevantes de esta nueva investigación destacan por ejemplo la desconfianza en las noticias por parte de seis de cada diez personas en la mayoría de los países consultados, esto indica un incremento significativo en los porcentajes de quienes buscan a toda costa evitar el consumo informativo.

Un segundo factor de relevancia es que el gusto o preferencia por los medios tradicionales como la televisión y la prensa escrita continúa disminuyendo en casi todos los mercados, en contraste con el acceso a servicios de programación y productos periodísticos en línea y en donde Facebook sigue siendo la red mas utilizada.

Al evaluar las razones del porqué de esta desconfianza de las audiencias hacia las noticias y los medios de comunicación también encontramos elementos interesantes, por ejemplo, 43 de cada 100 responden que toda gira en torno a Covid-19 y política, 36 de cada 100 destacan que las noticias causan efectos negativos en sus estados de ánimo y 45 de cada 100 responden que la información está sesgada o no es de fiar, y que hay muy poco que hacer con esta.

¿Qué implicaciones tiene estos datos para Honduras? Sin duda suponen un reto trascendental para los medios de comunicación y para los periodistas, uno de los reclamos que con mayor frecuencia se hace por parte de las audiencias es el poco acercamiento de las noticias con sus intereses, el no entender, de manera voluntaria o involuntaria, lo que verdaderamente interesa a la población. Es claro que la industria periodística ha perdido de vista su rol de mediador social, de actividad de servicio público, utilitario, que permita a la gente tomar decisiones a partir de las informaciones que ve, lee y escucha en los medios.

Otro elemento de permanente reclamo social, y a mi juicio con amplia razón, es la escasez de calidad de contenidos y a menudo esta situación tiene que ver con la falta de autocrítica de los periodistas y los medios, el periodismo de calidad implica además de originalidad, apego a la verdad, diversidad narrativa y respeto por el trabajo que se hace y por los receptores de lo que se hace. Un medio o periodista que aspire a ser valorado por sus consumidores debe hacer su trabajo con calidad, no falsos, no aburridos y no presumidos o jactanciosos.

Tras este diagnostico general de la crisis de confianza y de credibilidad que nos azota, no podemos cruzar de brazos, si bien el panorama es incierto y cada vez se agudiza más, no menos cierto es la urgente necesidad de recuperar el periodismo del que ilustres pioneros llamaron a cuidar, honrar, valorar y respetar.

Como no destacar para el caso a Paulino Valladares, el príncipe del periodismo en Honduras, fundador y director del Diario El Cronista, de pensamiento combativo que advertía que “nunca la canallocracia debe enmudecer la voz del periodista” y agregaba que “la prensa independiente huye de la imposición. Solo tiene un dogma, el interés patrio. Por lo demás habla con tolerancia, discute, reflexiona, atiende y enseña”.

Es menester primario para la buena salud democrática y social recuperar el periodismo que perdimos y del que también presumía nuestro mas grande referente en las letras Juan Ramón Molina, cuando en su prosa dedicada al ejercicio profesional recomendaba “Haz que muerdan el polvo los villanos, áulicos (poderosos) y serviles pisotea, infunde a aquel que tus escritos lea, fuerza de acción y alientos soberanos”.  

Cuanta falta hace a nuestro periodismo llevar a la práctica el magistral planteamiento del prócer José Trinidad Cabañas que al asumir la presidencia de Honduras en 1852 hizo un vehemente llamado a cuidar y respetar el derecho constitucional otorgado por la soberanía popular tipificando a la prensa libre como fundamento supremo de todas las libertades públicas.

Decía textualmente Cabañas que “En la disensión de la política y de la administración pública no hay limitación posible, no hay formas prohibidas. El publico es el juez y toda forma coartiva es un ataque a la soberanía y a la ilustración del pueblo”, y sobre el rol de la prensa como garante de la verdad planteaba que “Los escritos sin razón, sin pudor o sin verdad, caen por si mismos, desechados por la razón publica…”.

¿Qué hace falta? Muchos hablan de reinventar el periodismo y los medios, yo particularmente creo que se están haciendo esfuerzos importantes por recuperar el periodismo que perdimos y que necesitamos, este es nuestro mas grande reto, estamos en un momento especial e histórico para el oficio en busca de recobrar la independencia editorial volviendo a la verdadera esencia.

Por nuestra parte seguimos enfocados en librar esa gigantesca y desigual batalla, entre el buen periodismo y aquel que no merece el nombre. Buscar la verdad es la esencia del buen periodista. A los medios ya los han juzgados sus audiencias, los periodistas mientras tanto, nos sometemos día a día a esa auditoría popular.

1 COMENTARIO

  1. Muy buen artículo, resalta lo dejado de hacer por las nuevas generaciones de periodistas, ser el contracorriente en el devenir de los pueblos, que ayuda a generar opinión y cambiar los malos hábitos de la población que se mantiene sumisa debido al confort en que se mantiene.

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