Marc-André Ter Stegen (Mönchengladbach, Alemania) está en su sitio. En la portería del Barça, donde sus cualidades y fortaleza mental encajan de forma armoniosa con las exigencias propias del puesto. Unas ordenanzas que pasaron factura a guardametas que apuntaban al cielo y se dieron de bruces con el suelo, como Lopetegui, Bahía, Dutruel, Enke, Rüstü… “Para defender nuestra portería hay que ser muy bueno y muy maduro porque se viven constantes situaciones de estrés, se está al límite, hasta el punto de que su soledad se acentúa por lo alejada que juega la zaga”, explican desde los despachos del Camp Nou; “y en eso no hay nadie mejor que Marc”. Desde la Ciudad Deportiva piensan igual: “Como mucho, habría dos o tres jugadores que podrían ser idóneos para estar bajo nuestros palos, pero el mejor sin ninguna duda es Ter Stegen”. Y eso que por poco no fue jugador del Barça. En varias ocasiones…
ntre otras cosas porque cuando el entonces director deportivo Andoni Zubizarreta (ahora del Marsella) lo presentó a la junta, le vinieron a decir que preferían al belga Courtois (antes en el Chelsea y ahora en el Madrid), con el que ya habían hablado. No dio su brazo a torcer el área deportiva y se apostó por el alemán. Pero también se complicó la operación. “El traspaso está descartado”, les notificó el representante del meta al área deportiva del Barcelona cuando se anunció la sanción de la FIFA por el traspaso irregular de menores que les impedía fichar por dos ventanas de mercado. “Pero Marc no quiso oír otras ofertas y aguardó a la resolución de la cautelar”, señalan desde la entidad azulgrana. Por lo que unos meses más tarde, el trabajo del área de porteros —dirigida por Ricard Segarra— se felicitaba por la contratación del arquero (costó 12 millones), ese que insertaron primero en la lista de futuribles, toda vez que desde 2009 ya lo tenían en órbita tras el Europeo sub-17.
El problema fue que una lesión lumbar le apartó de la titularidad cuando empezó en el equipo y Claudio Bravo se mantuvo bajo los palos de LaLiga. “Le daba muchos problemas porque quería jugar siempre y jugaba. Pero Jasper [Cillessen] le ha dado la tranquilidad que necesitaba porque le ayuda y acepta su rol, aunque también quiera jugar”, señalan desde el club; “por eso ha evolucionado tanto Marc, porque se siente seguro”.
Ocurrió que antes de que llegara el holandés, fue Ter Stegen el que a punto estuvo de irse. “Tenía la oferta del Manchester City. Así que la secretaría técnica de Robert [Fernández] debía escoger y se decantó por Ter Stegen por personalidad, cualidades y edad”, añaden desde el club; “y, por supuesto, por su gran profesionalidad y mentalidad”. Bravo, entonces, se fue al City.
Muy metódico
Explicaba Zubizarreta que le bastaron unas horas de su viaje a Mönchengladbach —cuando le explicó lo que era el Barça para lo bueno y lo malo— para entender que a Ter Stegen nunca le pesaría el Camp Nou o un error. “La clave está en pensar en lo que está por llegar. Si piensas en lo que ha pasado, no estás concentrado en lo que toca. Y si algo no se puede hacer bajos los palos es perder la concentración”, razona Ter Stegen para EL PAÍS. Palabras que demostró con hechos, como en 2015, cuando contra el Sevilla en la Supercopa de Europa encajó cuatro goles y otros cuatro en San Mamés en la Supercopa de España, suficiente como para minar la moral del más optimista. Ter Stegen ni se inmutó: “Sé lo que he hecho bien y lo que he hecho mal”. O como cuando le regaló un tanto al Tucu Hernández en un duelo contra el Celta y se contentó con asumir la culpa, reservar hora para charlar con José Ramón De la Fuente, el preparador de porteros, y aprender a calcular mejor los riesgos, que no evitarlos. O esa noche de 2016 cuando ya era el titular y cometió en la Champions un penalti ante el Celtic que, instantes después, detuvo para festejo de la grada.
Desde el vestuario no dudan. “Es una pasada cómo se entrena. Es un profesional como la copa de un pino. Es el mejor”, cuenta una voz del camerino. “Cuando miro atrás, estoy tranquilo porque sé que será difícil batirle. Eso, para un jugador, no tiene precio”, agrega Piqué. “
“Hubo momentos en los que pensé en marcharme”
A Ter Stegen no le gusta beber alcohol, fumar y ni siquiera salir de fiesta, sino que prefiere pasear con un patinete, ir a comprar el pan, perderse por las calles del centro —donde vive por ahora, aunque piensa en regresar a las afueras— y por las noches ver series junto a su mujer. “Me encanta vivir en Barcelona”, resuelve el portero. Pero por poco casi la deja.
En una entrevista para la revista Club del Deportista, Ter Stegen se sinceró sobre el mal momento que pasó cuando no sabía si el Barça se quedaría con Claudio Bravo o le escogería a él, toda vez que no pasaba de disputar los partidos de eliminatorias. “Fue una situación que no se puede olvidar, no fue nada fácil. El club me decía que no me preocupara, que confiaban en mí, pero luego veía que en realidad no era así”. Pero se quedaron con Marc y expone: “El club se posicionó claramente a mi favor”.
Ahora se bate con el Madrid y no tendrá delante a Ronaldo, ya en la Juve. “Por supuesto que se va a notar su salida”, explica el portero; “porque marcó muchísimos goles”. A él, sin embargo, en LaLiga solo le hizo uno en cuatro partidos. “Pero tienen muy buenos futbolistas con calidad individual”, apostilla.