La medicina tienen una ética: ante todo, no provoques daño. Silicon Valley tiene un sistema de valores: crea primero y pide perdón después.
Ahora, tras el auge de las noticias falsas y otros problemas que están padeciendo las empresas tecnológicas, las universidades de donde egresaron algunos de los mejores tecnólogos de Silicon Valley se están dando prisa para llevar a las Ciencias de la Computación una moralidad parecida a la que tiene la medicina.
Este semestre, la Universidad de Harvard y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) están ofreciendo de manera conjunta un nuevo curso en ética y regulación de la inteligencia artificial. La Universidad de Texas en Austin acaba de agregar una asignatura titulada Fundamentos éticos de las ciencias de la computación, con la idea de que con el tiempo sea una materia en todas las licenciaturas de Ciencias de la Computación.
En la Universidad de Stanford, el corazón académico de la industria, tres profesores y un investigador adjunto están desarrollando un curso de ética de las ciencias de la computación para el próximo año; esperan que se inscriban cientos de alumnos.
La idea es capacitar a las próximas generaciones de tecnólogos y legisladores para que consideren las consecuencias de las innovaciones —como las armas autónomas o los vehículos inteligentes— antes de que los productos salgan a la venta.
“El objetivo es encontrar o identificar los problemas a los que se enfrentarán los estudiantes que se gradúen dentro de dos, tres, cinco o diez años”, afirmó Mehran Sahami, un popular profesor de Ciencias de la Computación de Stanford que está colaborando en el desarrollo del curso. Sahami es famoso en el campus por haber llevado a la clase a Mark Zuckerberg, director ejecutivo de Facebook.
“La tecnología no es neutral”, explicó Sahami, quien trabajó como investigador sénior para Google. “Por lo tanto, las decisiones que se toman al momento de crear tecnología conllevan ramificaciones sociales”.