El expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva se ha entregado a la justicia brasileña. Después de 26 horas de que se cumpliera el plazo establecido por el juez, el expresidente ha abandonado la sede sindical a pie y se encuentra en un coche bajo custodia policial.
La mañana de este sábado había anunciado: “No les tengo miedo, voy a demostrar que soy inocente”. En el que probablemente haya sido su último acto político antes de ser encarcelado, el popular expresidente, que gobernó el país entre 2003 y 2010, ha criticado a los investigadores del caso Lava Jato, que lo han acusado de corrupción y al juez Sergio Moro, que lo ha condenado. “Soy la única persona en el mundo que está procesada por un piso que ni siquiera es mío», ha declarado.
El expresidente ha dicho también que no es posible encarcelar sus ideas y ha hecho un llamamiento a sus seguidores para que sigan defendiendo sus políticas. «No basta con impedir que yo pasee por las calles de Brasil, porque hay millones de Lulas que caminarán por mí».